La Educación Socioemocional es un proceso de aprendizaje a través del cual los niños trabajan e incorporan en su vida los conceptos, valores, actitudes y habilidades que les permitirán identificar y manejar sus emociones, construir su identidad, mostrar atención y cuidado hacia los demás, colaborar, establecer relaciones positivas, tomar decisiones responsables y aprender a manejar situaciones retadoras.
La regulación emocional es la habilidad para adaptar las emociones y conductas a un a un contexto especifico, controlando el estrés y los impulsos. Con el fin de solucionar problemas, huir del peligro y favorecer interacciones sociales adecuadas. Muchos niños y niñas llegan al consultorio con problemas para controlar los berrinches, el miedo a dormir solos, molestan a sus amigos en las clases en línea o no saben defender sus derechos.
Es por ello que quiero compartirte un cuento que puedes narrar a tu paciente (usuario) o utilizarlo en una sesión de juego familiar.
Esta historia tiene como objetivo fomentar la expresión y regulación de emociones. La podemos adaptar a cualquier emoción, situación o animal. Recuerda que las técnicas siempre deben adaptarse a las características del paciente (usuario).
“Elefantes en el estómago”
Puedes decirle a tu paciente (usuario) “cuando sientas una emoción displacentera (que no te guste) que es difícil expresar y controlar recuerda esta historia”
Había una vez un niño que se llamaba Fernando, iba camino a la escuela repasando su exposición que presentaría a toda su clase, mientras recordaba lo que había estudiado sentía como su estómago daba vueltas, sus manos sudaban y las piernas le temblaban.
Al llegar al salón de clases la maestra preguntó si estaban listos para su exposición, Fer veía a sus compañeros muy tranquilos y entusiasmados por platicar su tema…menos Fernando, que estaba temblando de miedo, se imaginó lo peor de lo peor, seguro se le iban a olvidar las palabras ¿y si tartamudeaba? ¡Qué vergüenza! Todos se van a reír.
Mientras sus compañeros exponían Fer pensaba en un plan para escapar, y si fingía que le dolía el estómago o que tenía que salir urgentemente para resolver un caso.
Se acercaba su turno y Fer gritó muy fuerte- ¡Aaaayyyy! – la maestra muy preocupada le preguntó- ¿Qué te pasa Fer?, Me duele el estómago-respondió Fer y corrió al baño y se quedó ahí un largo tiempo.
Cuando la maestra lo buscó en el baño, Fer estaba escondido y le confesó que tenía miedo y sentía un dolor en el estómago y sus manos y pies sudaban, la maestra le dijo:
– Ahhh tú tienes elefantes en el estómago eso que sientes cuando estás a punto de hacer algo que te da miedo y hace que tu cuerpo tiemble o se sienta raro, yo sé un truco para hacer que se vayan. Los elefantes son muy friolentos y si tu inhalas profundamente aire y soplas muy despacio a ellos les dará mucho frío y se irán corriendo.
Así que Fer tomó aire profundamente y comenzó a soplar e inhalar, soplar e inhalar, poco a poco se sintió mejor y el miedo desapareció.
Desde ese día Fernando que cada vez que siente miedo tiene que soplar muy fuerte para que los elefantes salgan corriendo.
FIN
¿Qué te pareció? Al final pueden hacer un dibujo o practicar la respiración pausada y puedes utilizar música.
La autorregulación comienza con el reconocimiento de las propias emociones, es una práctica constante, puedes compartir lo que sientes para que ellos aprendan cómo expresar y manifestar sus emociones.
No olvides utilizar otros recursos como los cuentos, canciones, adivinanzas, leyendas o cartas, que pueden ayudar a los niños a dar nombre a las emociones y sentimientos.
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