Recordemos que el acoso escolar o bullying es una forma de violencia que implica acciones u omisiones que de manera repetida lastiman física, emocional, patrimonial o sexualmente a un niño, niña u adolescente, bajo el cuidado de las instituciones escolares, sean públicas o privadas.
Pero… ¿De qué se compone el acoso? ¿Cómo es que se ha transformado hasta llegar a eventos catastróficos para los menores y sus familias?
A continuación explicaremos brevemente de qué se nutre el bullying.
En primer lugar, tenemos a la DISCRIMINACIÓN, esta implica toda distinción, exclusión o restricción con base en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición económica, de salud, embarazo, idioma, religión, preferencias o características físicas. La discriminación es una conducta aprendida y se da en todos los entornos sociales.
Algunas conductas discriminatorias son:
- Prejuicios, por ejemplo “creer que todas las personas con tatuajes son delincuentes”.
- Desprecio a las personas “diferentes”
- Impedir que una persona exprese su opinión.
- Señalar o hacer burlas sobre características físicas (tono de piel, complexión, estatura, etc.)
- Impedir el acceso a un lugar.
En segundo lugar está la IMPULSIVIDAD, dificultad que tienen algunos niños, niñas y adolescentes para inhibir y demorar comportamientos, esperar turnos, abstenerse de hacer comentarios inapropiados o hirientes.
Algunas conductas impulsivas son:
- Búsqueda de excitación.
- Gusto por el riesgo.
- Poca tolerancia al aburrimiento y a la frustración.
- Decisiones rápidas “actuar sin pensar”.
- No planificación de actividades.
El tercer ingrediente es la falta de EDUCACIÓN EMOCIONAL, esta sirve para que los menores identifiquen y validen sus emociones; empaticen con los demás, pongan límites, actúen de forma asertiva ante los conflictos, respeten y resuelvan problemas interpersonales.
Un niño, niña o adolescente sin educación emocional es poco empático, tiene dificultad para evaluar si sus actitudes y conductas lastiman a otros, carece de habilidades para resolver diferencias asertivamente, no hace valer sus derechos y se comporta de manera violenta o pasiva.
Y por último pero no menos importante: LA TORTURA, esta se entiende como la aplicación sobre una persona de métodos para anular su personalidad o disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica, la tortura puede darse “sin dolor”.
Tortura entre menores de edad? ¿Es posible?… sí, una característica esencial del acoso escolar es que algunas conductas violentas no “dejan huella”, se dan con una intensidad baja pero con una frecuencia alta y dan como resultado que la víctima se desvalorice, actúe a merced del otro y experimente desamparo; es por ello que los niños y niñas que sufren acoso no denuncian ni se defienden.
Algunos ejemplos de tortura entre menores de edad:
- Todos los días y de manera frecuente: hacen gestos de burla o desprecios, amenazan, hacen llorar intencionalmente e insultan en “secreto”.
- Humillaciones.
- Persecución en redes sociales.
- La manipulación.
Recordemos, los cuatro ingredientes del acoso (bullying) son aprendidos, ningún niño o niña nace discriminando, lastimando ni torturando a otros.