¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?

En artículos anteriores hemos hablado sobre qué son las emociones y cómo regularlas, y qué es la conciencia emocional, todo esto como parte de la educación emocional.
 
Si tenemos claro lo que sentimos y cómo regularlo, ahora surge la interrogante ¿cuál es la mejor manera de expresar nuestro sentir a los demás tomando en cuenta que los otros pueden tener sentimientos o pensamientos diferentes a los nuestros? La respuesta es: la asertividad.
 
La asertividad es la habilidad para expresar nuestros sentimientos, pensamientos, necesidades y derechos, de manera afirmativa, firme y segura. De forma natural, sincera, leal hacia los demás y fiel a nosotros mismos. Sin la intención de herir o perjudicar.
 
Los principales formas de comportarnos ante una situación complicada pueden ser:
 
1- Agresividad, enojo excesivo o violencia.
2- Pasividad, huida o llanto.
3- Razonamiento, expresión, solución del problema o asertividad.
 
Vamos a analizar el siguiente ejemplo:
Imagina que tu peque se encuentra jugando en el parque deslizándose por la resbaladilla, de repente, llega otro niño que obstruye el paso, lo empuja y le grita -Es mi turno, ¡no quiero que juegues!
 
Si la respuesta de tu peque fuera agresiva sería más o menos así: le gritaría, respondiendo el empujón, y quizá, lo insultaría para quitarlo del camino.
 
Una respuesta pasiva podría ser: no decir nada, alejarse, llorar y pensar que no puede hacer más.
 
Otra alternativa sería solucionar el conflicto y expresar su sentir. Quizá tu peque podría decir – Eso no está bien, es mi turno. ¡No me empujes, ni me grites! – Utilizando una expresión corporal y verbal firme. Y en caso de persistir el problema, informaría a un adulto que lo pudiera auxiliar.
 
Sé que muchos piensan “la primer opción es la mejor, que no se deje, que se defienda”.
 
La primer opción, puede provocar que el problema se complique, por ejemplo, iniciar una pelea, golpearse con el juego, lastimar a otros niños e incluso una discusión entre adultos. Este estilo se caracteriza por complicar las situaciones, exagerar en las reacciones, lastimar y humillar a los demás con la justificación de “defenderse”.
 
En la segunda alternativa, tu peque estaría enviado el mensaje de que pueden abusar de él, provocando que el acoso persista y ponerlo en peligro. La pasividad es un estilo de conducta propio de los niños y niñas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazados, incomprendidos, o por temor a ofender a otras personas. No valoran sus propias opiniones y necesidades y otorgan un valor superior a los otros niños.
 
En la tercer alternativa, la asertiva, defiende su derecho, expresa lo que siente y hace una petición directa. Además, reconoce señales de alarma y pide ayuda.
 
¿Cómo te gustaría que fuera la respuesta de tu hijo o hija?
Puede sonar muy sencillo y tal vez un poco irreal que suceda, sin embargo, enseñar a nuestros niños la confianza y la seguridad de defender sus derechos y expresar sus deseos, opiniones o sentimientos de una forma clara y directa hará que se convierta en un hábito.
 
La asertividad contempla la afirmación de la propia personalidad: confianza en sí mismo, autoestima, aplomo, fe gozosa en el triunfo de la justicia, vitalidad, y comunicación segura y eficiente. Con sólo mencionar estas cualidades la asertividad se hace interesante y apetecible (Bejarle,2013).
 
¡Imagina a tu hijo e hija con todas estas cualidades!
 
Te invito a iniciar un entrenamiento en asertividad, para ello, te recomiendo el siguiente libro:
 
Bejarle, N. (2013) Asertividad práctica. Como eliminar el miedo al rechazo y alcanzar la libertad emocional. Quarzo.

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MiriamVega.

Me entusiasma compartir contigo información que he recabado en mi trayectoria como terapeuta infantil y mamá. En este espacio encontrarás temas relacionados con el desarrollo socio emocional de tus peques, juegos, cuentos infantiles, estrategias y técnicas para hacer más fáciles los días difíciles.