La mayoría de los niños en edad preescolar presentan dificultades en el dormir, que van desde despertarse varias veces por la noche hasta desarrollar terrores nocturnos, esto puede provocar serios trastornos tanto físicos (falta de crecimiento) como emocionales (irritabilidad, inseguridad).
El miedo a dormir solo suele ser motivo de consulta frecuente en psicología infantil, pero ¿de qué se trata el miedo a dormir?, ¿es normal o no? ¿puede ser un problema?
El quedarse solo en la oscuridad tiene un componente evolutivo de supervivencia, este se activa mediante la sensación de miedo que nos orienta hacia la búsqueda de seguridad y protección.
El temor por dormir está asociado a pensar e imaginar que suceda algo malo o aparezca algo extraño. No siempre habrá un miedo a algo en específico, simplemente “miedo en la noche”.
El sentir miedo es una emoción totalmente normal, sana y natural, como la alegría, la tristeza o el enojo, pero, a veces se sale de nuestro control. Para los(as) niños(as) es complicado por su pensamiento concreto y simbólico.
Por lo que nuestra atención no debe ir hacia lo lógico o real, sino a lo que el niño siente.
El objetivo no será que el miedo desaparezca, sino aprender a estar con el miedo y dormir solo.
Dado que este es un proceso que puede resultar duro tanto para los niños como para los adultos, todos debemos involucrarnos activamente en conseguir el objetivo.
Aquí 5 estrategias:
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Transmite confianza, tranquilidad y seguridad. Pregúntale si quiere convertirse en un “domador de miedos”.
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Involúcralo(a) en la elección de las sábanas y cobijas que lo(la) cubrirán por la noche y qué objetos de decoración que estarán en su recámara.
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Implementa una rutina en cuanto a horario y hábitos, que se adapte a tu familia, aquí un ejemplo:
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– Un baño. – Cena ligera. – Cepillado de dientes. – Lectura de un cuento. – Un abrazo y un te quiero, etc.
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Pueden crear o elegir elementos que sean sus armas para domar al miedo, por ejemplo: un espray “anti-monstruos”, un monstruo come pesadillas o muñequitos quitapesares.
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Se constante, paciente y sobre todo amoroso(a), habrá que intentarlo muchas noches, no desistas, lo grandes cambios requieren de esfuerzo.
Para saber más.
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Estivil. E. y Béjar Silvia. 2006. Duérmete Niño. Editorial Debolsillo.
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Méndez, Francisco Xavier. 2000. Miedos y temores en la infancia. p.199-203. Ediciones Pirámide.
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