Cuento infantil año nuevo: Ana y Carlos eran dos hermanos muy diferentes. Así, mientras que Ana era más dócil y aceptaba las normas y valores de buen gusto, a Carlos le costaba algo más. Era rebelde y siempre terminaba haciendo ‘trabesuras’ para llamar la atención.
La noche del 31 de Diciembre noche de Nochevieja, se les apareció un hada, y les dijo:
– ¡Hola! Soy el hada de Año Nuevo, y vengo a traeros un regalo.
Los niños se quedaron muy sorprendidos. ¡Nunca habían visto un hada! Era pequeña, tenía alas y la voz muy dulce. De pronto les entregó un libro a cada uno. Pero el libro no tenía nada escrito. Todas las hojas estaban en blanco.
Ana sonrió y le dio las gracias al hada de Año Nuevo. Guardó el libro con mucho cuidado. Pero Carlos se enfadó:
– ¿Y qué clase de regalo es este? ¡Si no hay nada dentro!
Carlos salió de casa y tiró el libro en un charco, así que sus hojas se llenaron de barro. Y al llegar a casa, usó el libro para equilibrar la pata de una mesa, así que su cubierta quedó hundida en un lado.
El hada regresa al año siguiente
Al año siguiente, el hada de Año Nuevo regresó.
– ¡Hola chicos! Vengo a buscar los libros que os dejé el año pasado.
Ana sacó su libro del cajón de su mesilla de noche y se lo dio al hada. Carlos tuvo que buscarlo bajo la pata de la mesa del salón.
Cuento infantil año nuevo
El hada de Año Nuevo comprobó el interior de cada libro: el de Ana estaba lleno de historias preciosas, y escritas con letras doradas. En cambio, el libro de Carlos estaba lleno de manchas ininteligibles.
– Carlos- le dijo el hada de Año Nuevo con dulzura- Tu libro refleja todo lo que hiciste este año.
– ¡Pero si solo hay borrones de tinta!- dijo él incrédulo.
– Eso es- continuó hablando el hada de Año Nuevo- Esta mancha de aquí es de ese día que te peleaste con tu hermano… y la de esta hoja es del día que mentiste a tu madre… Ah, y esta mancha grande de aquí es por haber insultado a tus compañeros de clase…
El hada de Año nuevo le enseña a Carlos cómo cambiar
Carlos se entristeció y se dio cuenta de que en realidad él no quería hacer todo eso…
– Y tú, Ana- dijo entonces el hada de Año Nuevo- También tienes escritas muchas historias, con letras doradas, por cada uno de tus comportamientos buenos. Mira: aquí está la historia de cómo ayudaste a tu compañera de clase a estudiar… y ese día que cargaste con las bolsas de la compra para ayudar a tu madre. Hay muchas historias hermosas en tu libro.
Ana sonrió y se sintió muy feliz.
– ¿Y cómo puedo arreglar yo mi libro?- dijo entonces Carlos, quien en realidad quería también un libro tan bonito como el de su hermano.
– Es fácil- le respondió el hada de Año Nuevo- Cada año os traeré un libro de hojas blancas nuevo. Estos dos me los tengo que llevar a la biblioteca del Tiempo. Pero cada año llevaré libros nuevos. Si al año que viene cambias tu comportamiento, tu libro será igual de hermoso o más aún que el de tu hermano.
El hada de Año Nuevo guardó esos libros y les entregó dos libros nuevos. Esta vez, Carlos lo guardó con cuidado en el cajón de su mesilla. Ese año, sí, estaba convencido de que su libro iba a contar muchas historias bellas e increíbles.